Empezaré por decir que yo podría haber jurado que tenía a mi lado el único hombre en el mundo que parecía que no perteneciera a la tradicional expresión "todos los honbres son iguales". En mi tiempo de noviazgo, o al menos en esos primeros tres años de esa relación cuando la gente decía eso, yo simplemente pensaba para mis adentros: "oh por Dios, realmente soy afortunada" y claro, uno de pelota se lo decīa a él; le hacía saber que él era un hombre único en el mundo. Realmente él tenía cosas muy bellas, era detallista, respetuoso, educado, se preocupaba por mí, agradecido, buen hijo, parecía fiel, etc.
Pareciera ser que me quiero hacer la víctima y no la culpable. Como pueden imaginarse, efectivamente en este momento ya no somos nada, para la claridad de algunos (as). No me gusta parecer víctima, de hecho no digo que lo soy porque pudo haber algo tal vez mío que hizo que todo lo bello de nuestra relación se volcara, el cambiara su forma de ser como novio y cambiara tambien su posición frente a los planes y proyectos que como pareja teníamos y finalmente yo tomara la angustiosa y rabiosa decisión de terminar.
Eso ha sido de lo más teso que me ha pasado en mis años como adolescente y como adulta; aún mucho más que el saber y recordar que de adolescente el chico que me gustaba nunca me correspondió. Me gustaría hacerles saber que mi terminada no fue algo tan horrible como imaginaba, he estado tan ocupada con mis estudios que decidí prestarle toda mi atención a eso que es bien importante para mí, y bueno, no es que quiera decir que no me importó, de hecho lloré mucho cuando al tercer día de la decisión como que caí en cuenta de que era en serio, ahí me di cuenta que lo había perdido; luego les contaré que era lo que hacía que yo definitivamente pensara que "esto ya no va más". Estuve enferma además, tuve algo así como una especie de desorden nutricional no planeado, o sea, no era una anorexia, una bulimia, o cosas de esas, no. Había dejado de comer en ocasiones por estrés, por ansiedad, en ocasiones me sentía depresiva, no sé. Creo que realmente tenía que ver con los afanes de la vida universitaria.
Volviendo al tema, ha pasado exactamente un mes desde que terminamos y la gente que averigua por el chisme de " en serio? Terminaron? Cuándo? Una relación de cuatro años? No te creo" normalmente coincide en preguntar cómo me siento o en afirmar " uy me imagino cómo estas", o en cuestionarme "has llorado mucho? Y no te ha llamado? Ya le hablaste? Crees que vuelvan? " y un sin fin de preguntas y afirmaciones que a continuación daré respuesta:
-Si, en serio, parece increíble pero es real.
-Terminamos? Si, terminamos. Yo terminé.
-Hace x dīas dependiendo de la fecha que me preguntaran.
-Si, llevábamos todo ese tiempo pero tomé esa decisión.
-Si, estuve mal el primer día hasta el tercero o cuarto luego de...
-No he llorado tanto como yo misma me imaginaba o como la gente cree que estaría.
-No me ha llamado.
-Si, hemos hablado pero no trascendentalmente como para uno decir que vamos a volver.
-No creo que volvamos pero mi corazón desligado de la razón tiene la esperanza. La razón, mi razón, no quiere ni tiene tal esperanza.
De las anteriores respuestas hay una que para mí es muy interesante, porque tiene que ver con la experiencia de vida que realmente quiero compartir. Más adelante les hablaré de eso. Estará especialmente dedicada a aquellas chicas que el hecho de terminar una relación las ha dejado destrozadas y mejor dicho creen que ahí termina su vida. Voy en mi medio de transporte masivo, mío no. Del municipio, de la ciudad, de todos, si. En fin, me duelen las manos de copiar.
Saludos a todos!
Saludo especial a aquella primera persona que me lea. También a aquella que de primeras, comente.