lunes, 29 de febrero de 2016

¿Un clavo saca otro clavo?

¿Han oído ese dicho que dice que un clavo saca otro clavo?


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Si su respuesta es si me entenderá, si su respuesta es no pues déjeme explicarle que es un dicho popular en Colombia, quizá en otros países de habla hispana, para referirse a que terminada una relación sentimental llámese noviazgo, matrimonio, amigos con derechos o cualquiera donde se involucran los sentimientos del amor o cercanos a él, la llegada de otra persona puede significar la superación del tema relacionado con la persona anterior.

Lo que me motivó a escribir el día de hoy sobre este tema, fue que precisamente me di cuenta de que a veces funciona el dicho este, y hoy ha sido de esas veces en las cuales he sentido que he tenido un significativo avance al respecto. Un clavo saca a otro clavo. Si.

Definitivamente las personas quienes están en desacuerdo con el famoso dicho popular puede que no hayan vivido realmente, como yo, lo que significa que ese clavo por inaportante que parezca ser, saque el clavo anterior. Hace menos de diez minutos me di cuenta de que cuando tu mente por fin logra por lo menos llevar más de dos horas sin pensar en lo que fue el clavo anterior es porque el clavo actual está haciendo su trabajo, puede que no intencionalmente, pero mientras el otro clavo esté en su pensamiento y haga que usted ya no piense en el clavo anterior, créame que es una muy muy buena sensación.

Y sí, como en mi caso, no importa qué tan trascendental vaya a ser o no la presencia del clavo actual en su vida. Puede que sea de esos clavos que solo sirven para fijar una repisa por un corto tiempo, sin embargo, ha logrado el difícil trabajo de sacarle el otro clavo de la pared dura y estática que parecía ser su pensamiento, eso es genial.

Para ser más específica los que dicen ser los amores de la vida, no existen; no mientras haya una persona que de alguna manera llegue a moverle el piso y tal vez sin esa persona querer, logre por lo menos puntear la pared de su vida, logrando que de algún modo ese otro clavo que llevaba años ahí y parecía estar oxidándose y simultáneamente oxidándola, empiece a salir poco a poco de su pared a tal punto de que en las mañanas ya usted no se despierte pensando en ese clavo destructivo, confuso y de mala calidad, ¡arruinaparedes! sino en ese clavo del cual usted desconoce calidad o poco sabe de la misma, desconoce el material del cuál está compuesto, pero de alguna manera está cumpliendo con la difícil labor de desclavar el podrido clavo que parecía ser de acero pero resultó tener tan poca dureza, resultó ser de esos clavos sin cabeza.





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